lunes, 30 de agosto de 2010

Miércoles, Pañales para adultos

          En cuanto salgo del tren, antes de las 8 de la mañana, puedo imaginar cómo será mi día hasta las 5 de la tarde. E imagino una cámara filmando mi jornada al estilo Truman Show:

Hoy llueve. Camino con el paraguas por las ventosas calles hasta llegar a la puerta giratoria del edificio. ¡Alerta! Si la puerta gira muy rápido puedo tropezarme. Si mis zapatos tienen tacos, puedo tropezarme. Si mi bolso es demasiado grande y remotamente resulta enganchándose en la puerta, puedo tropezarme. Salgo ilesa de la puerta giratoria y doy mi primer paso ya del lado techado. ¡Alerta! Caminar sólo por las alfombras de plástico ubicadas para que en los días lluviosos nadie se resbale, se caiga y se ampute un miembro. Cruzo los 3 puntos de vigilancia del edificio. ¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta! Saliendo del ascensor me topo con el distribuidor de bolsas para envolver los paraguas. No importa si juntan hongos durante todo el día, lo importante es que no gotee en el piso de alfombra y que alguien pase, se tropiece y se le salgan las vértebras de lugar.
Unos 40 ¡Alerta! más tarde ya dejo de contarlos y empiezo a sentir que trabajar así es totalmente normal. Tampoco me doy cuenta el grado de fragilidad de muchos de mis compañeros de trabajo. Desesperados ante la posibilidad inminente de un traspié o un corte con papel. Sumidos en su constante análisis mental de las situaciones cotidianas. "Cómo enviar un fax sin que la ropa se te atasque y termines desnudo frente a la máquina." "Paso a paso para doblar llevar carpetas sin tropezarse y terminar con 6 puntos en la frente, o bien con daños cerebrales irreversibles." "Cómo subirse al ascensor sin que te quede la mano afuera" Este último la verdad es que fue útil más de una vez, uno de los empleados insiste en dejar alguna de sus extremidades afuera para lograr "agarrar desprevenida a la alarma de movimiento".
El día sigue y parecemos un video corporativo. Todo en su lugar, todos ordenados y sin exaltarnos. Todos como grandes muñecos de goma espuma, encerrados en nuestra pecera, donde la información no llega y las ideas no salen. Una más de las bases fundamentales de las multicorporaciones: el rendimiento lo dan las horas/hombre, sin contratiempos, sin accidentes, aunque sean todos un conjunto de inútiles que lo único que pueden hacer es contar horas en una tabla de Excel diseñada por otro.

4 comentarios:

  1. Me causó mucha gracia lo del fax... aunque no lo creas me sacaste una carcajada

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  2. Hice reir al limón????? Ya puedo retirarme!!!!

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  3. ¡Alerta! ¡Alerta! me agoté, de sólo leer.... SAFETYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY

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  4. es verdad!!!...no en una "supermultinacionalamericana" no importa que hagas tus 8 horas siendo productiva y eficaz...lo que importa, básicamente es que dediques 16 horas en tu puesto de trabajo ...

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