jueves, 5 de agosto de 2010

Miércoles, Monos sin navajas

          Cuidado, protección, seguridad; Todas reglas primarias en una empresa internacional.

Quien quiera destacarse entre los cientos de candidatos que ocupamos los últimos escalones de esta empresa-ciudad se enfrenta obligatoriamente a tomar decisiones que afecten directamente al bienestar del resto de los empleados-ciudadanos.
Y con bases tan frágiles como estas creamos un nuevo grupo de cerebros para idear e implementar brillantes mejoras.
En estas organizaciones gigantescas cada sucursal representaría una provincia dentro del país-empresa, con 0% de desocupación y donde todos sus empleados-ciudadanos son empleados públicos.
Y para cuidar a todos por igual, lo que pasa en la provincia 1 tiene su repercusión casi inmediata en la provincia 7. Si alguien se tropieza en la provincia 5, en la 3 arreglan los pisos y difunden las ventajas de las suelas de goma.
Así nos quedamos, progresivamente, sin cutters, tijeras con punta, abre cartas, chinches con cabeza chata y tantos otros elementos que ya no recuerdo por los años que hace que vivo sin verlos.
El grupo me consiguen, de ser necesario, materiales prohibidos.
También me tienen al día de nuevas reglamentaciones. Saben que son pocas las veces que leo un comunicado de personal o, directamente, me saco los auriculares de mi IPod que llevo como tatuados, entre otros, para sentirme íntimamente ajena a todo esto.
Sacarme los auriculares implica escuchar las conversaciones de Empleado A con su madre acerca de las manchas de nacimiento, las peleas entre Empleado B y Empleado C por quien maneja mejor el programa de presentaciones (Club de fans de .PPT) o la teleconferencia súper virtual de equipos de trabajo a distancia en la que 10 personas miran simultáneamente un .PPT que uno del club de fans se adelantó a confeccionar, por su puesto en un idioma que no es nativo para ninguno de los integrantes de la reunión.
Los monos sin navajas seguimos marchando a nuestro ritmo, cansino pero constante.
¿Algún día recuperaremos las tijeras?

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