sábado, 8 de enero de 2011

H de R

           El proceso de selección de personal no debe ser nada sencillo, y menos cuando las pautas que el empleador propone son regidas por interminables políticas y protocolos generados en otros países para su aplicación mundial. Pero sintiendo por algún extraño motivo que si lo logran serán reconocidas por alguien, las agencias de búsqueda se desesperan por complacer a este gigante multinacional.
Como siempre, más allá del protocolo a seguir por la agencia de personal hay otras formas para que nuevos integrantes se sumen al primer y más bajo escalafón de esta corporación: que un conocido lo recomiende.
Después de que todos los candidatos pasen los filtros comunes llega el momento de la entrevista con el gerente, supervisor o peón del sector que organizó la búsqueda.  Por lo general la parte más ingrata es para el entrevistado, mientras el entrevistador hace agua tratando de retener el nombre de la persona que tiene enfrente.  Varias entrevistas más tarde se proclama el ganador.
Pero una vez más y en algún irreconocible momento de la cadena de pasos hubo una pequeña fractura que eliminó a los más preparados y a aquellos con ganas y con compromiso y dejó como nuevo integrante del equipo a aquel desconcentrado, con mirada perdida y de muy, muy, pero muy pocas palabras.
Uno tras otro se comete el mismo error. Cada tanto y para salvar todos estos traspiés se encuentran en la obligación de contratar a un profesional experimentado, lúcido y coherente que pueda hacer el trabajo de los otros 5 monigotes que se tropiezan con sus propios pies cuando caminan. Éste va a tener una carga laboral mayor y una carga emocional que inevitablemente va a terminar con un ataque de ira, medicación o, si se juegan las cartas correctas, a las piñas.
Y cada vez son más los monigotes, y cada vez son  más los reportes de seguridad por empleados que se tropezaron con sus cordones o se cortaron con la botella de agua de plástico.
¿Qué preferimos: Recursos o Humanos? Evidentemente no es nada fácil tener los dos pero a su vez no parecería ser tan complejo. Realmente no me pareció ver en otras oficinas tanto conjunto de Humanos sin Recursos. ¿Será el objetivo para todos los empleados? Quizás cansados ya de llamarnos por número de empleados quieren simplemente crear un sustantivo colectivo que nos identifique como los desconcentrados, descoordinados y desmotivados empleados que somos.  ¿Qué tal MonoGallina? Lo voy a proponer, quizás me mandan una carta de agradecimiento por mis contribuciones… y un PIN, con lo que me gustan. 

4 comentarios:

  1. Queremos piñas! queremos piñas!
    Qué buena taza la de la foto! Va a ser nuestro próximo regalito de merchandising de la reunión trimestral?

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  2. LIMON: Si querés podemos regalar la taza. Pero para que regalar si podemos vender?

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  3. buenísimo todo... enterito lo he leido todo enterito...desde julio de 2010 ...g e n i a l...

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  4. Sigue el programa de recomendación para el amiguito freak que habla inglish? No aprenden mas.......

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