martes, 17 de enero de 2012

Más vale nunca que auténtico recurrente

      Con la llegada de la segunda quincena de enero y los calores matutinos aplastantes, es fácil asumir que el viaje hacia el trabajo va a ser, por lo menos, desolador. Los transportes públicos reflejan de inmediato el éxodo vacacional.

¡Error! El primero del día.
El viaje fue largo e incómodo y los pasajeros una herramienta de tortura.
Me animé a pensar por un momento que prefería estar en mi hábitat contenido, mi pequeño cubículo protector, mi incoherente pasatiempos... mi trabajo.
Una vez más, al entrar pasé por el pasillo de la desolación hasta mi escritorio. 7 somos los integrantes del equipo. 7 somos los que a la misma hora nos comprometemos a comenzar el día. Sólo yo, después de encender las luces, estaba con todo listo para arrancar. Esta imagen es la misma día tras día. Solo yo. Pasan unos 40 minutos hasta dejar de ser solo yo y de a poco transformarme en nosotros. Nosotros los monos.
Esta realidad sólo varía viernes de por medio, cunado un miembro del equipo deja grabado su mensaje de ausente en mi contestador. Si, justo los viernes. Pero, quién soy yo para juzgar al que deja fluir las ganas del resto? ¿Me da más bronca la fea actitud irresponsable o la envidia de lo que no soy capaz?
¿Vale la pena una pequeña revolución personal, con lo traumático que eso puede ser, dentro de una organización de compartimentos estancos? ¿Qué me daría a cambio, satisfacción por la hazaña o culpa?
Por su puesto que el hecho de que yo no pueda dibujarme una barba y una boina por un día en mi vida significa más que nada, que conozco mi contexto. Creo también que es una cuestión de elecciones ya que tranquilamente podría hacer la vida de mis 6 colegas: llegar a cualquier hora, faltar semana de por medio, improvisar más reuniones familiares que un griego, más turnos médicos que un psicólogo y más "hoy falto porque sí" que un estudiante.
Definitivamente la exageración es de mi parte y lo que la mayoría asume como normal yo no lo entiendo, o no lo disfruto.
Pero mi secreto está acá, en este post tirado de los pelos. Fueron 15 minutos de inoperancia total dedicados pura y exclusivamente a la queja del par... mi talón de Aquiles!

1 comentario:

  1. Los que no te comentan es porque están de vacaciones. Una sola recomendación: no compres medias lunas para vos sola

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